Cada vez hay más personas que adoptan como estilo de vida ser vegano. Pero, incluso dentro del veganismo, existen algunas diferentes corrientes. Una de ellas es el crudiveganismo. Intentaremos, de una manera sencilla, saber algo más sobre ella.
Es conocido también con nombres como “raw food” o “alimentación viva”.
El crudiveganismo es un estilo de alimentación que intenta mantener al máximo los nutrientes y vitaminas de los alimentos ingeridos. Su característica es “la alimentación en estado vivo, tal y como la encontramos en la naturaleza, sin transformación”
El término proviene de dos conceptos. Por un lado, crudivorismo (alimentación cruda, no cocinada por encima de una determinada temperatura) y, por otro lado, veganismo (alimentación que excluye el consumo de alimentos provenientes o derivados de animales)
Todo ello conlleva mantener una alimentación 100% vegetal sin que los alimentos se cocinen por encima de los 42ºC (temperatura máxima que alcanzan los alimentos expuestos al sol)
El fundamento del que se parte es que los alimentos cocinados por encima 42ºC:
Por lo tanto, el consumo de demasiados alimentos cocinados da lugar a un desequilibrio en nuestro organismo que tiene un impacto negativo en nuestra salud. Da lugar a una sobrealimentación, pero no a una buena nutrición
La base de la alimentación está en los productos 100% vegetales sin cocinar. Hay que entender que el proceso de cocinado se refiere a no someter al alimento a temperaturas superiores a 42ºC.
Los alimentos que predominan son:
Los alimentos que hay que evitar o con los que ser precavidos:
La dieta crudivegana es muy rica en fibra y saciante. Esto puede dar lugar a que no se cubra los requerimientos energéticos. El incluir una buena ración de frutos secos diariamente, puede paliar esta carencia.
La supresión de alimentos de origen animal puede influir en una carencia de vitamina B12. Para subsanar este aspecto se puede recurrir a suplementos de esta vitamina.
Otro aspecto a considerar es la dificultad de cubrir la cantidad necesaria de proteínas en la dieta. Para no tener problemas en este sentido, la inclusión de legumbres germinadas es un gran aliado.
Aunque es un tipo de dieta que ayuda a no elevar los niveles de colesterol malo, también puede afectar a los niveles de colesterol bueno.
La restricción de proteínas e hidratos de carbono complejos puede dar lugar a dolores de cabeza, ansiedad o cansancio.
En definitiva, lo más aconsejable es consultar a tu médico y a un nutricionista para que nuestra dieta crudivegana no nos cause más perjuicios que beneficios.
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